lunes, 30 de abril de 2012

EDUCACIÓN


Extractos del texto El educador de Carlos Rodrigues Brandão

Algunas palabras sobre el ejercicio del profesional de la educación

(…) Un pequeño cerebro igual en el comienzo al de sus primos: los gorilas, los orangutanes, los
gibones y los chimpancés, creció, aumento mucho y se volvió complejo y diferenciado. Y
fueron necesarios más millones de años para que este lugar del pensamiento y de la imaginación
aprendiese a pensar, a saber y a pensarse, a saberse pensando y a pensarse sabiendo. Y a sentirse
sabiendo y a pensarse sintiendo. Pues allí fueron naciendo, como flores de la vida eterna: la
memoria, el sentimiento del futuro, el deseo de compartir con los otros, el temor anticipado de
la muerte, la devoción, el afecto templado por el pensamiento y el acto de pensar transformado
en reflexión. Un día Gastón Bachelard dijera:
estoy sólo, entonces somos cuatro. Y somos más, pues cada uno podrá ser la frontera del infinito.
(…)

I
Abuelos y nietos en medio de la noche 
¿Cómo habría sido la noche tal vez olvidada de todos los recuerdos?
Una noche primitiva y ancestral en la aurora de la historia,
Cuando un pequeño ser vivo, un millón de años después llamado: “hombre”.
Llamó para un lugar más cercano de la hoguera encendida a su nieto
Y entonces, apuntando con dos dedos de la mano derecha una estrella.
entre muchas del cielo de julio, dijo por primera vez
su primer nombre. ¿Cómo habrá sido aquella noche? (…)

II
¿Cuándo un gesto enseña, qué se hace?
entre gestos de poder y amor: movimientos con las manos, balances de la mirada
algunos murmullos de palabras y las primeras frases cortas del pensamiento, viajando
entre infinitas mañanas y noches
y multiplicando muchas veces por mil la variación de los inventarios
de las formas de pasar de una generación a otra los secretos de la tribu
entre abuelas y nietas, de aldea a aldea, de una casa a otra
la educación invadió el planeta e hizo de los seres que nosotros fuimos: mujeres y hombres.
(…)
Y entre todo: personas, palabras, signos, símbolos y sentimientos
Alrededor de las hogueras, dentro de las cabañas por las noches con mucha lluvia,
Tocando unos con las manos los cuerpos de los otros: aprendían-y-enseñaban
Y de nuevo, muchas veces, enseñaban-y-aprendían (…)
 “- cuando yo nací ya entonces los grandes peces habían pasado…
- ¿Y cuándo fue que tu naciste?
- ¡Después que los grandes peces habían pasado!”
(…)como la hija que aprendió con su madre y enseña a la madre
Eso, que realizado muchas veces pasa del gesto a la enseñanza,
de la enseñanza al saber y, compartido, del saber a la cultura.
  
III
Tan grande como todo lo que es humano es la educación 
(…) ¿Cómo se aprende a cantar con la madre una primera canción de niños
Y con los viejos a pronunciar entre balbuceos de oraciones
El nombre amado y terrible de los seres sagrados?
(…)
¿Cómo fue que otro enseñó a otro los otros nombres de las mismas cosas
Y los de los espíritus de la vida con que la imaginación de alumnos y de maestros
Pobló por todos lados un alfabeto con un sin fin de significados: el fondo de las aguas
Y la obscuridad de la selva, el espacio azul y sin formas, el sol y la luna, el mapa
Interior de los árboles, el alma de los bichos, el camino de los vientos errantes
Y el mensaje del desierto?
 (…)Y de una puerta a la otra entre todos deberían pasar los seres de los cambios:
Peces, personas y parábolas…
Y, en cada cultura, todo iba hasta donde podía ir la educación
 En un entorno de personas y saberes diferentes e iguales…
(…)Una educación solidaria maduraba el fruto que el saber sembraba. 

IV
Fue cuando entonces…
Aquí y allí, por todos lados, cuando crecieron los bienes y los poderes
De los hombres de antes de nosotros, y los frutos del trabajo de todos
Multiplicó para algunos muchas veces las cestas de granos de cereales
Justo cuando hubo la sobra que no se gastó en la fiesta alrededor del fuego
Y el poder de guardar lo que ya no era de todos
Transformó el uso y el cambio solidario en la posesión y en el intercambio interesado.
 (…)Se volvieron unos los dueños de la tierra, de las márgenes de los ríos y de los arroyos
Y fueron dueños de las ciudades y señores de las plazas del poder de decir:
“¡esto es mío, es mí dominio!”
Y cada vez más donde había surco sin puertas hicieron grandes puertas cerradas
Y donde todos eran libres y diferentemente iguales, empezaron a gobernar la desigualdad
Y la maldición que vuelve uniforme la diferencia y siervo quien era libre…
Y entonces el saber que le daba nombre a las imágenes y hacía mitos de los sueños
Y era el fruto del trabajo sobre la tierra e hijo del espanto y de la maravilla
Se dividió también entre los hijos de los hombres, como la tierra y sus frutos.
Y lo que había sido repartido entre todos: nombres, secretos, recuerdos,
Poco a poco fue saliendo de alrededor de las hogueras y de la mirada de los primeros magos
Y se escondió también entre paredes protegidas por muros y guardias.
Y fue cuando como el grano robado de la mesa de los otros para granero de los ricos,
Que una parte poderosa del oficio del vuelo de enseñar-y-aprender
Se dividió también bajo las manos blancas de los señores de sedas
 Olvidados, como los maestros de quién eran dueños, como ellos,
De agarrar con el peso bueno de los brazos los dos varales del arado …
 ¿De quién son las estrellas? ¿De quién son las figuras que el alma de los hombres se apodera?
 (…)Nosotros, criaturas y creadores de Prometeo, encendimos un día su fuego,
Pues como todo lo que el hombre tuvo que aprender para ser y crear
La educación es hija del trabajo y es, ella misma, una tarea de los hombres.
 (…)El educador no es un artesano parado en un tiempo.
A causa de un o siete sueños que tiene todos los días
- ¿y cómo ser un profesor sin soñar esto? – 
él no se puede olvidar todos los días las tareas de su tiempo
y nada de lo que es humano, en él, en cada uno de los días, es indiferente…
Puede parecer que hoy somos menos de lo que fuimos ayer,
Pues el sueldo injusto nos dice esto y hay tantas maquinas alrededor…tantas.
(…)
…El trabajo del educador sirve para el reencuentro del hombre con su origen…
Pensar la rutina y el misterio de nuestro trabajo como una tarea entre muchas.
Osar a recrearlo siempre y transformar con los otros todas sus esferas:
La de la sala de clases, de la escuela, del sistema y del local del sistema.
Imaginar que la educación existe menor y más de lo que la escuela
Y que, educadores, somos todos los que todavía tenemos la mirada dirigida hacia al infinito,
Al horizonte distante y posible de un mundo fraterno de hombres libres
donde todos pueden ser, desarmados, hermanados, alumnos y sabios.
Entre las personas del mundo, los hombres del pueblo
De quien, profesores, somos más y menos de lo que maestros, y mucho más de lo que meros
mediadores de algún poder supremo
Situado fuera de él y de nosotros mismos.
Al lado de los que no se olvidaron de ser portadores del futuro
Sus hermanos y compañeros del mismo largo recorrido…